jueves, 8 de octubre de 2009

A jugársela.




Arranca una nueva etapa.
Leo Astrada asumió la responsabilidad en este momento más que difícil y junto a Hernán Díaz intentarán cambiarle la cara a este grupo de jugadores apático y sin compromiso.
Puede que no haya sido la mejor de las decisiones (una más, y van...) de esta nefasta dirigencia, comprometiéndole el inicio de una etapa al próximo presidente que asuma en Diciembre.
Tal vez, lo más lógico hubiera sido darle una oportunidad a Omar Labruna por estos 12 partidos, que venga a dar una mano de corazón, y después le deje el camino libre a las próximas autoridades para comenzar con su proyecto desde cero en el inicio de 2010. Aún así, la designación de uno de los jugadores que más títulos cosecho en la rica historia de nuestro club y con una ya probada experiencia como DT, nos genera a algunos un poco más de esperanza por la “chapa” que pueda llegar a tener, junto con otro emblema como lo es Hernán.
Los jugadores son los mismos, el plantel sigue siendo tan mediocre como el domingo pasado, y sería iluso pensar que en 5 días va a salir el sol así como así. Pero si hay algo que puede llegar a alimentar las esperanzas de nosotros los hinchas, es que tanto Astrada como H. Díaz, apoyados en el liderazgo que representan Almeyda, Gallardo y Ortega, saben lo que es River, y pueden llegar a inculcarle a los más jóvenes (como Mauro Díaz, Bou u Orbán) ese compromiso que genera vestir esta camiseta.
Cierto es también que esta vez no va a contar, como en su etapa anterior, con el juego de un Lucho González, la enormidad de un Mascherano, los goles de un Cavenaghi, o el temperamento de un Ameli, por citar algunos nombres, entre otros, que conformaban su plantel anterior (sin olvidar figuras como Gallardo, Salas o Montenegro). Esta vez, tendrá que lidiar con los Cabral, los Ahumada, los Abelairas, los Rosales, los Archubi, los Barrado o los Galmarini (y más, y más), y deberá adaptarse a algo que es peor... que no hay otros.
En el cuerpo técnico estará la responsabilidad de borrar definitivamente a jugadores como Cabral que significan un peligro constante en nuestra área, o como Fabbiani y su desidia crónica de utilizar la camiseta para ganar sólo fama en el boliche de turno o espacio en los programas de espectáculo.
Deberán apostar a variantes nuevas en sectores de la cancha donde predomina el frío, como lo es la banda izquierda con Archubi o Abelairas, y darles rodaje a chicos como Villalva, Díaz, o Tortuga Fernandez.
Se la tendrán que jugar con planteos más ambiciosos, que nada se parezcan a los que proponía Gorosito, pidiéndoles a los laterales que lleguen hasta el fondo, desborden y jueguen hacia adentro, suplantando la incapacidad de los volantes para realizar esas funciones. Tendrá que darle un poco de aire a Almeyda en la mitad de la cancha, y lograr que Buonanotte o Keko sepan respaldarse en Ortega o Gallardo para no cargar con la pesada mochila de conducir al equipo y se queden con la libertad para generar fútbol recién de ¾ de cancha para adelante. La defensa… la defensa va a ser un tema. Cabral justifica partido a partido que no puede jugar nunca más. Coronel no solo no se asienta sino que tampoco demuestra categoría o potencial para seguir dándole oportunidades y llegue a adueñarse del puesto de 2do marcador central. Nicolás Sánchez jamás volvió a jugar como ese central seguro que pareció ser en sus comienzos previo a su lesión, sino que fue el principal compinche de la incapacidad de Cabral. Quiroga está lesionado pero su recuperación no genera nada de expectativas. Mussachio jamás tuvo su oportunidad en la zaga central y Gorosito decidió desprenderse de él rápidamente sin darle chances. No están más Tuzzio ni Gerlo, por suerte. Oliva está en Tigre. Las únicas alternativas son Cohene Mereles (el ganador del ‘Reality’) o Pezzela. Difícilmente jueguen peor que el ex compañero de concentración de Simeone en Racing, por lo tanto, habría que considerar una chance para ellos, que no serán LA solución, pero aliviarán un poco a los hinchas que se irritan viendo al número 24 haciendo papelones domingo a domingo.


Es muy compleja y complicada la tarea a realizar, pero hemos visto equipos de Astrada empeñados en atacar permanentemente y con una determinada línea de juego (con jugadores, es cierto, pero con una idea que nacía desde el banco) y eso genera una mínima luz de esperanza, por lo menos para terminar dignamente hasta diciembre, cuando una nueva dirigencia se encargue de traer 4 jugadores de jerarquía y borre a muchos personajes nefastos que conforman hoy a este plantel.
Éxito es lo que te deseamos Negro, porque vos conocés bien su significado, por el cariño que nos generás, y sobre todo, por el bien de River.

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